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Hoy lunes tres de octubre me siento confundida. El 27 de septiembre pasado, el Gobierno decretó la llamada Ley Revolucionaria, en la cual establece que todas las universidades del país no podrán impartir materias referentes a las matemáticas.
Hoy lunes tres de octubre me siento confundida. El 27 de septiembre pasado, el Gobierno decretó la llamada Ley Revolucionaria, en la cual establece que todas las universidades del país no podrán impartir materias referentes a las matemáticas.
Todo el país tiene inconformidad por lo
absurdo de esta ley, pero el Gobierno se respalda argumentando que
en México se imparten las matemáticas necesarias en los 12 años anteriores
de escuela.
Considero que a muchos les agradó esta ley
debido a que no les gustan las matemáticas; sin embargo, nosotros los
estudiantes de Administración, Economía, Ingenierías y otras estamos abrumados.
Hemos realizado todo tipo de manifestaciones y algunos de mis
compañeros han exigido hablar con Diputados, Jueces, incluso, con el Presidente
de la República, para tratar de suprimir esta medida. No se pudo realizar lo
anterior y fuimos censurados de manera violenta.
El viernes pasado se llamó a todas las
personas inconformes a presentarse a las 14 horas en el Zócalo, para
solicitarle al Gobierno eliminar esta ley; no obstante, lo único que
conseguimos fue resultar con heridas, puesto que la policía nos agredió. Comenzaron lanzándonos
agua, después bombas de gas pero cuando observaron que esto no nos hacia
declinar de nuestro propósito, empezaron a golpear a toda persona que se les
atravesara. Algunos oficiales lanzaron tiros con tal de desalojarnos.
¡Que feo que el gobierno llegue a este grado! Lo peor es que la injusticia y la corrupción continúan.
Las universidades privadas más reconocidas siguen impartiendo estas materias con toda tranquilidad. Mientras tanto, el Gobierno lo niega y permite todo. Mi hermana, Grecia, estudia en una de estas universidades, y es como si no hubiese pasado nada. En la última semana aumento al doble su colegiatura, pero aun así ingresaron todos los que tenían la posibilidad de pagarla.
En particular, siento impotencia por no
encontrar la manera de cambiar estas ideas tan tontas que el Gobierno ha tomado.
Sé que mi familia ha cambiado desde que sucedió esto porque mi hermana siente pena debido a que ella si estudia y yo no; claro estudio las demás materias pero ¿Qué es el mundo sin matemáticas?
Sé que mi familia ha cambiado desde que sucedió esto porque mi hermana siente pena debido a que ella si estudia y yo no; claro estudio las demás materias pero ¿Qué es el mundo sin matemáticas?
Por otra parte, mis padres sienten vergüenza por no poder pagarme un lugar en la escuela de mi hermana y aún peor mis hermanos los pequeños se dan cuenta de la situación y sienten el cambio. La felicidad y tranquilidad que se respiraba en mi hogar ha cambiado. Es triste ver la preocupación dibujada en la cara de mis padres; su temor por no saber si el día de mañana podrán pagarle la universidad a mi hermana, o si el Gobierno prohibirá otra materia y se cerraran aún más las puertas en mi universidad.
Además, observo la desesperación en la UAM,
lo que viven amigos de otras carreras. ¡Nuestro futuro es un gran caos!
Ayer, el jefe de Gobierno del Distrito
Federal mandó confiscar todo el material referente a matemáticas. Me
inundó un sentimiento de rabia al pensar que todo esto está ocurriendo por una
idea completamente errónea. De alguna forma, siento miedo y coraje al no saber
qué es lo que ocurrirá con México...
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