Fin del curso

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El Gobierno ha puesto a nuestras familias a trabajar gratuitamente para pagar nuestros errores, pero no lo permitiremos. Sí ya comenzamos esto, lo llevaremos hasta el final.

14 de agosto. Al parecer alguien nos quiere ayudar, pues han dejado un sobre en el correo de la casa. Este contenía copia de la agenda del presidente para el 15 y 16 de septiembre, la invitación de una cena y un juego de llaves.  

No tenemos la menor idea de quién nos quiere ayudar o cómo sabe en donde estamos, pero es una oportunidad muy grande, puesto que esto nos da la ventaja necesaria para concluir nuestros planes.

Según la agenda del presidente, este tendrá una cena con los Senadores y otras personas adineradas en el restaurante Miralto, ubicado en el Centro de la ciudad. Será más complicado matarlo en un lugar el cual no conocemos, pero es una buena oportunidad para terminar no solo con el presidente, sino también para acabar con todas las personas que han causado este martirio.

15 de septiembre, mediodía. El tío de Rodrigo nos ha conseguido 6 pistolas, 2 calibre 22 automáticas y 4 calibre 45. La agenda del presidente indica que el lugar no estará asegurado más que por sus guardaespaldas que son tres, pues parece que nadie ajeno a ellos sabe de la cena.

10:30 pm. Hemos entrado a la reunión con la invitación. Esperaremos a que lleguen todos para iniciar con nuestro plan. 

11:00 pm,  por lo que veo han llegado todos, son cerca de 20 personas más el presidente, al parecer se están preguntando quienes somos, se escuchan susurros que dicen que probablemente seamos invitados del presidente... es momento de actuar.

Abrimos fuego asesinado primero al presidente, pero algo salió mal. Al parecer no solamente estaban esas tres personas cuidando, pues salieron tres personas más de otro cuarto y comenzaron a dispararnos.

Para ellos es demasiado tarde, pues hemos terminado con todos Ahora sí puedo decir que estamos libres.

Pero ¿qué está mal? ¿por qué no puedo alegrarme? ¿qué está ocurriendo?

... he descubierto la respuesta a mis preguntas, creo que me hirieron. No me duele el pecho, pues es donde se alojó la bala, pero tampoco puedo ver con claridad lo que ocurre a mí alrededor. Estoy en el suelo Arturo me trata de animar, me dice que no es el final, que lo hemos conseguido, que derrotamos a ese Gobierno tan ruin, que no lo deje, que me quiere, pero ya no puedo más. Tengo un sueño bastante fuerte, mis ojos se cierran, se acercan a mí Carolina, Marcela y Sara, pero no veo a Manuel. Creo que los dos corrimos con la misma suerte. No tengo fuerzas para hablar, no puedo decirles que no lloren, que estoy feliz, pues logre terminar lo que para muchos era un sueño.

Creo que estoy a punto de morir, pero ahora sé que en la vida todos tenemos derecho a elegir entre hacer el bien o el mal. Dios o el Universo nos creó con ese poder tan grande de decidir qué es lo que queremos ser en la vida, lo que queremos lograr, lo que queremos crear. Estoy feliz, pues sé que en mi vida conocí tanto a gente canalla como a gente linda de la cual aprendí muchas cosas valiosas. Como siempre pensé, no es importante aprender cosas nuevas de las personas: lo importante es llevar a la práctica esas cosas. 

Un par de lágrimas recorren mis mejillas.

Conseguí tomar bastante aire y les dije: gracias, gracias por existir y gracias por cruzarse en mi camino.

Fin.